domingo, 18 de junio de 2017

JOSUÉ. CAPÍTULO 17.

Suerte de la tribu de Manasés, primogénito de José. 

171A Maquir, primogénito de Manasés, padre de Galaad, que era hombre belicoso, le tocaron Galaad y Basán. 2A los otros hijos de Manasés les tocó por clanes (al clan de Abiezer, de Jélec, de Asriel, de Siquén, de Jéfer, de Semidá, o sea, los hijos varones de Manasés, hijo de José). 3Salfajad, hijo de Jéfer, de Galaad, de Maquir, de Manasés, no tuvo hijos varones, sino sólo hijas; se llamaban Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá. 4Estas se presentaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los representantes de tribus, reclamando:
-El Señor mandó a Moisés que nos diera una heredad entre nuestros parientes.
Entonces le dijeron, según la orden del Señor, una heredad entre los parientes de su padre. 5Así, le tocaron a Manasés diez partes, además de Galaad y Basán, en Transjordania, 6porque las hijas de Manasés recibieron una heredad entre sus parientes, mientras que el país de Galaad fue para los otros hijos de Manasés.
7El límite de Manasés (vecino de Aser) iba por Micmetá, frente a Siquén, seguía por el sur de En Tapuj*, (8la zona de Tapuj* pertenecía a Manasés, pero el poblado, en el confín de Manasés, era de Efraín), 9y bajaba a la vaguada de Caná*; los pueblos al sur de la vaguada eran los pueblos que tenía Efraín en medio de Manasés; Manasés llegaba hasta la parte norte de la vaguada; su límite terminaba en el mar. 10Limitaban con el mar: al sur, Efraín, y al norte, Manasés; éste limitaba al norte con Aser, al este con Isacar. 11Manasés tenía enclaves en Isacar y Aser: el municipio de Beisán, el de Yiblán, los vecinos del municipio de Dor, los del municipio de Endor*, los del municipio de Taanac y los del municipio de Meguido; tres cuartas partes del distrito.
12Pero Manasés no logró desalojar aquellas ciudades, y los cananeos pudieron seguir en aquella región. 13Cuando los israelitas se hicieron fuertes, los sometieron a trabajos forzados, aunque no llegaron a expulsarlos.
14Los hijos de José reclamaron ante Josué:
-¿Por qué nos has dado en heredad sólo una suerte y una parte, cuando somos tantos, gracias a Dios?
15 Josué les contestó:
-Si sois tantos, subid a los bosques e id talando la zona de los fereceos y refaimitas, is es que os viene estrecha la tierra de Efraín.
16Los de José replicaron:
-No nos basta la sierra. Por otra parte, los cananeos que viven en el valle (los del municipio de Beisán y los del valle de Yezrael) tienen carros de hierro.
17Josué contestó a los hijos de José, a Efraín y Manasés:
18-Sois muchos y fuertes: no tendréis una sola porción. Será vuestra una montaña; es verdad que es boscosa, pero la talaréis y sus confines serán vuestros. Además expulsaréis a los cananeos, aunque tenga carros de hierro y sean poderosos.

Explicación.

17,3-4 El episodio recoge el final de Números, y muestra la importancia que el autor asigna al reparto inicial y a su continuidad a través de las generaciones. El caso de sola descendencia femenina plantea un problema en que se definirán las prioridades. ¿Heredan en tal caso las mujeres? -Sí. ¿Pueden ellas casarse libremente? -Sí. Pero si se casan fuera de la tribu, han de renunciar a la herencia paterna, para que ésta permanezca en la tribu. El reparto, en su calidad de propiedad hereditaria, crea el espacio de raigambre de la tribu. Diverso es el caso de Rut, en que la propiedad arrastra consigo a la propietaria viuda y sin hijas. La falta de hijos varones, que se suele considerar una desgracia, no lo es en el gran proyecto de reparto de la tierra. Por otra parte, hemos visto (15,17-19) que la intervención de una mujer deja sustancialmente mejorado a Otoniel.
17,7 * = Fuentelmanzano.

17,8 * = El Manzano.

17,9 * = Las Cañas.

17,11 * = Fuendor.

17,12-13 Se trata de las plazas fuertes de excelentes condiciones estratégicas.

17,14-18 La tribu de José, que se ha presentado dividida en Manasés y Efraín en páginas precedentes, se presenta aquí como unidad; lo cual muestra como el autor final trabaja con materiales heterogéneos. Que sean muy numerosos responde a la realidad histórica y es además una alusión a la etimología de Yosep = aumente, añada. Se encuentran estrechados entre dos barreras: por la parte del valle, por la barrera humana y militar de los cananeos, con los cuales no pueden enfrentarse en batalla; por la otra parte de la montaña, por la barrera de bosques inhabitables e incultivables. La respuesta de Josué desmiente el método bélico de penetración y propone una conquista paciente de la naturaleza, roturando bosques. Quizá esta solución refleje la realidad histórica mejor que otras versiones militares. Con todo, Josué se siente un poco profeta y promete también que prevalecerán sobre los bienes armados cananeos. El autor pudo estar pensando en la derrota de Yabín y Sísera (Jue 4-5), cuando la supremacía de los carros resultó fatal.

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