domingo, 18 de junio de 2017

JOSUÉ. CAPÍTULO 9.

Los gabaonitas

91Cuando se enteraron los reyes de Cisjordania, de la montaña, la Sefela y toda la costa mediterránea hasta el Líbano (hititas, amorreos, cananeos, fereceos, heveos y jebuseos) 2se aliaron para luchar contra Josué e Israel bajo un mando único.
3Los de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y con Ay 4y actuaron por su parte astutamente; fueron y tomaron provisiones, cargaron los burros con alforjas viejas y pellejos de vino viejos, rotos y recosidos; 5se pusieron sandalias viejas y remendadas y se echaron encima unos mantos viejos; todo el pan que llevaban de comida era pan duro y desmigajado.
6Fueron al campamento de Guilgal y dijeron a Josué y a los israelitas:
-Venimos de un país lejano. Haced un trato de paz con nosotros.
7Los israelitas respondieron a aquellos heveos:
-A lo mejor vivís aquí cerca. ¿Cómo vamos a hacer un tratado de paz con vosotros?
8Ellos contestaron a Josué:
-Somos vasallos tuyos.
Él insistió:
-¿Quiénes sois y de dónde venís?
9Le respondieron:
-Venimos de un país muy lejano, por la fama del Señor, tu Dios; que bien hemos oído todo lo que hizo en Egipto, 10y a los dos reyes amorreos de Transjordania: Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, en Astarot. 11Nuestros ancianos y la gente de nuestro país nos encargaron: <<Agarrad provisiones para el viaje y marchad a su encuentro a ofreceros como vasallos suyos>>. Así pues, haced un tratado de paz con nosotros. 12Mirad nuestro pan: caliente lo tomamos en casa el día que emprendimos el viaje hasta aquí, y ya lo veis, está duro y mohoso. 13Estos son los pellejos de vino: los llenamos nuevos, y ahora están rotos. Estos son nuestros mantos y las sandalias, gastados por el largo camino.
14Entonces los oficiales de Josué tomaron de las provisiones de los viajeros, sin consultar al Señor. 15Y Josué les firmó un tratado de paz, comprometiéndose a respetar sus vidas; así se lo juraron también los representantes de la asamblea.
16Pero tres días después de haber pactado con ellos se enteraron de que eran vecinos, que vivían allí cerca; 17porque los israelitas levantaron el campamento y al tercer día de marcha llegaron a sus poblados: Gabaón, Quefira*, Beerot* y Quiriat Yearim*. 18No los atacaron, porque los representantes de la asamblea les habían hecho un juramento por el Señor, Dios de Israel; pero toda la asamblea murmuró contra sus representantes.
19Entonces los jefes dieron explicaciones a la asamblea:
-Nosotros les hicimos un juramento por el Señor, Dios de Israel: así que ahora no podemos atacarlos. 20Pero vamos a hacer lo siguiente: respetaremos sus vidas, y así no nos vendrá un castigo por quebrantar el juramento que les hicimos. 21Que queden convida, pero que sean leñadores y aguadores de toda la asamblea.
22Se acordó lo que habían propuesto los representantes. Josué mandó llamar a los gabaonitas y les dijo:
-?Por qué nos engañasteis, diciendo que erais de muy lejos, siendo así que vivís cerca de nosotros? 23Pues bien, ¡malditos seáis! Seréis a perpetuidad leñadores y aguadores del templo de mi Dios.
24Le contestaron:
-Nosotros, servidores tuyos, estábamos informados de lo que el Señor, tu Dios, había dicho a tu siervo Moisés: que os daría todo el país, y a todos sus habitantes los aniquilaría ante vosotros; entonces, temblando por nuestra vida, discurrimos aquello. 25Ahora estamos en tus manos: haz de nosotros lo que te parezca bien y justo.
26Josué los trató como había dicho: los protegió de los israelitas para que no los mataran, 27pero los hizo aquel día leñadores y aguadores de la asamblea y del altar del Señor, hasta hoy, donde el Señor quisiera.

Explicación.

9 El episodio de los gabaonitas se parece, en escala amplia, al de Rajab. Está dominado por la confesión de unos paganos, el juramento de los israelitas, y termina con la incorporación de un pueblo a la comunidad de Israel. Si Rajab representaba la incorporación de familias aisladas, los gabaonitas representan la incorporación de poblaciones enteras; y así equilibran el aspecto militar de la ocupación de Palestina. Históricamente muchos indicios muestran que la ocupación del territorio cananeo fue más bien pacífica, comenzando por zonas despobladas y disponibles y extendiendo y consolidando las relaciones poblacionales que permanecieron en el territorio. El libro de Josué ha querido dar relieve al aspecto militar, seleccionando unos cuantos episodios y completándolos con construcciones esquemáticas. Por esa tendencia "militarista" del libro, es más interesante el contraste pacífico del presente capítulo.

Literariamente el relato extrae su sabor de un tema muy conocido en el folclore: el burlador burlado o burla y respuesta. El género está irónicamente representado por Labán y trágicamente por Jacob. El narrador se complace en detallas los preparativos y el funcionamiento del engaño, sin preocuparse demasiado por la verosimilitud.

Sobre ese tejido narrativo se sobrepone la visión religiosa y se hace sentir la preocupación programática del Deuteronomista. En efecto (Dt 20,10.18) da instrucciones sobre el comportamiento con poblaciones paganas.

Los gabaonitas eran heveos (v.7): sólo por el estatuto de ciudad remota y con pacto de vasallaje podían salvar la vida. Lo primero lo consiguen con engaño y astucia (v.4), lo segundo se lo aseguran con el juramento de los nuevos señores. Los jefes israelitas obran desconsideramente, "sin consultar al Señor" (v.14). Su pequeña venganza es someter a los burladores a trabajos serviles. Así se cumple al final lo establecido por la ley del Dt 20.

El autor último parece utilizar una vieja tradición. El texto presenta repiticiones innegables y algunas incoherencias: servirán a la comunidad (27); el relato habla de Gabaón, en el v.17 se mencionan cuatro ciudades, ¿una confederación o tetrápolis?; actúan y deciden los oficiales (v. 14), los representantes o jefes (18,19.21), Josué (6.8.22-26). El papel de Josué parece añadido (se podría eliminar sin dañar el relato). Es como si el autor final o intermedio hubiera introducido la figura de Josué en una narración precedente en que no figuraba.

9,1-2 La noticia sirve para introducir las futuras campañas (cap. 10-11) y mostrar el carácter excepcional del presente episodio. En la lista de pueblos faltan los guirgaseos. La Sefela es la zona de colinas, intermedia entre la montaña central y la costa. Esa alianza de todos es una ficción no menos que la idea de un Israel único y total; se trata de alianzas parciales, que se repetirán hasta el tiempo de los Jueces.

9,3 Gabaón se encuentra a unos 12 kilómetros al noroeste de Jerusalén. El nombre es uno de los derivados de gb´(que significa altura, loma, collado). Es una localidad importante todavía en tiempos de Salomón, y estaba habitada en tiempos de la conquista, como han probado las excavaciones; del verso 17 se deduce que era la capital de una tetrápolis. No dista mucho de Ay y Betel; por eso el dato de que se enteran, aunque sea procedimiento convencional de enlace, no disuena en la composición del autor tardío.

9,4 La astucia puede ser considerada como virtud sapiencial, Prov 1,4; es clave y como título de la narración. El autor se complace en los detalles minuciosos, repitiendo cuatro veces el adjetivo "gastados" (en el texto hebreo).

9,6 Para llegar a Guilgal, donde se supone que Josué tiene su campamento general, bastan dos jornadas cómodas bajando hacia el valle del Jordán (unos 30 km). Las negociaciones comienzan en estilo lacónico. Al pedir una alianza se presentan como inferiores.

9,7 El griego ha leído "hurritas" en vez de heveos. La respuesta revela una conciencia de dueños del país y de incompatibilidad con otras poblaciones; es decir, refleja la legislación tardía recogida en Dt 7,1-6 y las distinciones de Dt 20,9-18 entre ciudades lejanas y próximas.

9,8 La nueva respuesta concreta los términos del pacto, un pacto de vasallaje que pide protección a cambio del sometimiento.

9,9-11 En la respuesta no identifican su nombre, por si acaso; lo sustituyen con una confesión religiosa. Es del mismo género que la de Rajab (2,9-11): capaz de impresionar a los israelitas en la ficción narrativa, y apta para halagar a los lectores u oyentes; al mismo tiempo expresa la conciencia de un Israel que se sabe portador del nombre del Señor en la historia, para sí y para otros pueblos. Si no se mencionan los reyes de Ay y Jericó, es por el carácter convencional de la confesión, en la que Egipto y los dos reyes transjordanos son datos obligados. Los viajeros se presentan como enviados y autorizados por su gobierno y su pueblo, plenipotenciarios para pedir una alianza.

9,14 Parece tratarse de un comer y beber en señal de alianza; pues para convencerse de que el pan estaba duro, no hacía falta probarlo, mientras que el vino no envejece tan pronto en los odres. "Consultar al Señor": la misma fórmula se lee en Is 30,2, atacando el pacto con Egipto.

9,15 Sólo se dice lo que ofrece Josué, no lo que exige. De ordinario se pedía prestación militar y determinados tributos.

9,17* = Leona; Pozos; Villasotos.

9,18 Se emplea el nombre sacro técnico "asamblea".

9,19 El juramento tendrá consecuencias graves en tiempo de David, 2 Sm 21,1-11.

9,21 Dt 29,10 registra a leñadores y aguadores como oficios que desempeñan los forasteros o emigrantes en Israel.

9,22-23 El discurso de Josué tiene algo de interrogatorio judicial y sentencia; la maldición corrobora el castigo. Por la referencia al templo, algunos han querido identificar a los gabaonitas con los "donados" (netineos) de Esd 2,43.50; 8,20; Neh 3,26.31; pero estos textos son tardíos. El texto del v.23 es algo inseguro. Recuérdese la maldición de Noé a Canaán, según Gn 9,25. Los gabaonitas se consideran cananeos.

9,25 Se entiende, dentro de las condiciones del pacto ya jurado. Jr 26,14.

9,27 La última cláusula es típica adición de la escuela deuteronómica, que alude a la centralización del culto en Jerusalén.

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