domingo, 18 de junio de 2017

JOSUÉ. CAPÍTULO 5.

51Cuando los reyes amorreos de Cisjordania y los reyes cananeos de Occidente oyeron que el Señor había secado el agua del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, quedaron consternados y se desalentaron ante ellos.

Circuncisión (Gn 17,23-27; Ex 12,44-49) 

2En aquella ocasión dijo el Señor a Josué:
-Hazte cuchillos de pedernal, siéntate y haz una nueva circuncisión de israelitas.
3Josué hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los israelitas en Guibat Haaralot*. 4El motivo de esta circuncisión fue que todos los varones que habían salido de Egipto, como todos los guerreros, habían muerto en el desierto, en el camino desde Egipto. 5Todos los que salieron de Egipto estaban circuncidados, pero todos los nacidos en el desierto, en el camino desde Egipto, estaban sin circuncidar. 6Porque los israelitas anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que la generación de guerreros que había salido de Egipto y que no obedecieron al Señor se acabó, conforme a su juramento de que no verían la tierra que el Señor había jurado a sus padres que les daría, una tierra que mana leche y miel.
7Dios les suscitó descendientes; a éstos los circuncidó Josué, porque estaban sin circuncidar, no los habían circuncidado durante el viaje. 8Cuando todos acabaron de circuncidarse, se quedaron guardanado reposo hasta que se curaron. 9Entonces el Señor dijo a Josué:
-Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto.
Y a aquel sitio le pusieron el nombre de Guilgal, y todavía se llama así.

Pascua (Ex 12; 16)

10Los israelitas estuvieron acampados en Guilgal y celebraron la Pascual el catorce del mismo mes, por la tarde, en la llanura de Jericó. 11A partir del día siguiente a la Pascua comieron de los productos del país; el día de Pascua comieron panes ázimos y grano tostado. 12A partir del día siguiente, cuando comieron de los productos del país, faltó el maná. Los israelitas no volvieron a tener maná; aquel año comieron de los frutos del país de Canaán.
13Estando ya cerca de Jericó, Josué levantó la vista y vio a un hombre en pie frente a él con la espada desenvainada en la mano. Josué fue hacia él y le preguntó:
-¿Eres de los nuestros o del enemigo?
14Contestó:
-No. Soy el general del ejército del Señor, y acabo de llegar. 
Josué cayó rostro a tierra, adorándolo. Después le preguntó:
-¿Qué orden trae mi señor a su siervo?
15El general del ejército del Señor le contestó:
-Descálzate, porque el sitio que pisas es sagrado.
Josué se descalzó.

Explicación.

Este capítulo es de gran densidad teológica. El autor final del texto quiere clausurar como en espejo la empresa comenzada a la salida de Egipto. Allí dominaban algunos hechos: la Pascua, que exige como prerrequisito la circuncisión (a); el paso nocturno del Señor y del exterminador (b); el paso del Mar Rojo (c); la salida (d). En Jos 2 hemos encontrado el paso del río (c) y la entrada en la tierra (d); en Jos 5 la circuncisión antes de la Pascua (a), la visión nocturna del ángel del Señor (b). Podemos fijarnos más en las correspondencias.
Tres aspectos o motivos literarios son comunes a los episodios: semejanzas, continuidad, novedad. Primer episodio del capítulo, la circuncisión: corresponde a la realizada en Egipto según Ex: la norma de Ex 12,44-45.50, realiza la continuidad a través de la nueva generación nacida en el desierto, inaugura un tiempo de libertad del oprobio pasado. El segundo episodio es la Pascua: corresponde a la Pascua inaugural de Egipto, según Ex 12,1-14.43-50, realiza la continuidad enlazando con el maná del desierto, inaugura la etapa en que vivirán de los frutos de la tierra entregada. Tercer episodio, la aparición del ángel del Señor: corresponde a la vez al paso nocturno del Señor según Ex 12,23-27, y a la visión de Moisés en el Horeb, continúa la guía por el desierto, inaugura y sella la entrada en la tierra.

Denominador común del paso del Jordán, circuncisión y Pascua es el carácter litúrgico (algo semejante sucede en Ex 12). La presencia del ángel es como una consagración de la tierra.

La voluntad constructiva domina sobre los valores narrativos; si se pasa de la información, es para caer en el razonamiento. Pero la construcción tiene una grandeza impresionante. En Dt 29,1-3 el autor amonestaba por boca de Moisés: "el Señor no os ha dado inteligencia para entender ni ojos para ver ni oídos para escuchar, hasta hoy". En el presente capítulo madura plenamente esa comprensión de los sucesos que faltaba al principio.

5,1 El verso continúa las indicaciones de 1,5 y 2,9-11.24, cierra el paso del Jordán, como Ex 15,14-16 canta la impresión producida por el paso del Mar Rojo. "Amorreos y cananeos" quiere englobar todos los habitantes de la montaña central y de la costa; efectivamente, a la entrada de los israelitas, Palestina estaba dividida en reinos pequeños. No sabemos si cuenta a los filisteos como cananeos o si piensa que todavía no se han establecido en Palestina.

5,2-9 La circuncisión se presenta como rito antiguo: se hace con cuchillos de pedernal; el que circuncida se sienta, señal de que se trata de adultos. Se llama "nueva" o segunda en relación a la realizada en Egipto antes de la salida (supuesta y no contada en las tradiciones que conocemos del éxodo). Por la circuncisión el pueblo se consagra al Señor, ya no es un pueblo de esclavos en tierra extranjera; por eso se puede decir que les han quitado el oprobio de Egipto. En Gn 17 el autor sacerdotal (P) presenta la circuncisión de Abrahán y su familia como señal de la alianza con el Señor; Ex 4,24-26 cuenta enigmáticamente la circuncisión del hijo de Moisés; Ex 12,44-49 impone la circuncisión para poder comer la Pascua: "Ningún incircunciso la comerá". El razonamiento del autor recoge los hechos de Nm 13-14.

5,3 * = Cerro de los Prepucios.

5,9 Es solemne la fecha: como en Ex 12,51 que remata el tema de la circuncisión. La etimología de Guilgal -como tantas otras- es artificial y fabricada para la ocasión: gll significa hacer rodar o girar, remover. Es posible que en esta localidad se practicase en tiempos antiguos el rito de la circuncisión; también puede tratarse de una asociación artificial condicionada por razones narrativas.

5,10-12 El autor supone ya reunidas la fiesta pastoril del cordero y la fiesta agraria de los panes sin fermentarl. La fórmula "el mismo día" aparece usada en Ex 12,17.41.51, y se emplea en el calendario del Levítico, 23,14.21.28.29.30. Sobre el maná véase Ex 16.

La Pascua es para Israel la fiesta de la liberación. De aquí el empalme litúrgico, "el mismo día", entre la salida y la entrada.

5,13-15 El tercer episodio es el más sugestivo. Por el tema y el tono puede recordar la lucha de Jacob con el ángel, Gn 32, o la visión de David en la era de Arauná, 2 Sm 24. Más cerca está otra noche fatídica y salvadora, la noche de la Pascua en Egipto, cuando el Señor "pasí hiriendo a Egipto" y "no permitió al exterminador entrar para herir". El ángel es el Señor mismo que se presenta y se manifiesta, es también (más tarde) un enviado sobrehumano del Señor. Josué no lo reconoce, y en vez de preguntar por el nombre, como Jacob, pregunta en nombre del pueblo por su filiación. El ángel se presenta por su oficio: ejército del Señor son las huestes estelares en el cielo y también los batallones de Israel en la tierra, según Ex 12,17 ("este mismo día sacó el Señor a sus legiones, de Egipto"), 12,51 ("aquel mismo día el Señor sacó de Egipto a los israelitas, por escuadrones"). Además, el ángel ha guiado a los israelitas por el desierto: Ex 14,19 (antes del paso del Mar Rojo); 23,23 "mi ángel irá por delante y te llevará a las tierras..."; 32,34 "mi ángel irá delante de ti"; 23,20; 33,2; Nm 20,16 "envió un ángel que nos sacase de Egipto".

Después de identificarse, el ángel pronuncia un mensaje densísimo: "He llegado" (que muchos comentadores consideran incompleto). Pero esas dos sílabas hebreas lo dicen todo: la presencia del mensajero es el mensaje (véase Is 52,6: "Por eso mi pueblo reconocerá mi nombre, comprenderá aquel día que era yo el que hablaba, y aquí estoy"). La salvación del pueblo se realiza en dos actos: salir de Egipto, entrar en la tierra; en forma activa, sacar y meter; los dos verbos son correlativos y frecuentísimos en el Antiguo Testamento para describir la salvación. Ya hemos oído que "el ángel los sacó", y la promesa que el ángel los metería. Ahora se cumple la promesa y se cierra la empresa comenzada. Si el general del ejército del Señor ha llegado, es que también ha llegado el ejército, es que la salvación se cumple. No hace falta decir más.

Con todo, una nueva referencia insiste en el paralelismo: las palabras que el Señor dijo a Moisés cuando se le apareció en el Sinaí (Ex 3,5) las repite ahora el ángel a Josué. La tierra en que se encuentran es terreno sagrado, es la tierra del Señor, que se la entrega a su pueblo; es como un santuario al que han de entrar descalzos. Será una entrada litúrgica, más que militar.

Josué comprende: se descalza por respeto a la tierra y adora a su Señor presente. En la persona de Josué todo el pueblo hace su primer encuentro en la tierra prometida: con el Señor.

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